-
CAPÍTULO VI
LO UNIVERSAL SIN TOTALIDAD,
ESENCIA DE LA CIBERCULTURA
-
La universalidad en el plano técnico
- La cibercultura parece ser la tendencia a «hacer sistema», la tensión hacia lo universal. Windows, UNIX o Mee OS), de lenguajes de programación (C o Java), programas de aplicación (Word o Netscape) esperan que sus productos se conviertan o continúen siendo unos «estándares». Son promotores de sistemas de explotación. Este medio de comunicación tiende hacia la interconexión general de las informaciones, de las máquinas y de los hombres.
-
La escritura y el universal totalizador
- La gran transformación de los medios de comunicación, fue el paso de la cultura oral (en contexto) a la de la escritura (fuera de contexto). La emergencia del ciberespacio tendrá probablemente – ya lo ha tenido incluso hoy - un efecto tan radical como en su tiempo lo tuvo la invención de la escritura en la práctica de las comunicaciones. Que buscan en si la universalidad lo que debe mantenerse inmutable por interpretaciones, traducciones, traslaciones, difusiones, conservaciones, es el sentido. La significación del mensaje debe ser la misma aquí y allá, tanto hoy como ayer.
-
Medios de comunicación de masas y totalidad
- Prensa, radio, cine, televisión, prosiguen la línea cultural de lo universal totalizador iniciada por lo escrito. La principal diferencia entre el contexto mediático y el contexto oral es que los telespectadores, si están implicados emocionalmente en la esfera del espectáculo, no-pueden nunca estarlo prácticamente. Por construcción, sobre el plano de existencia mediático, nunca son actores, que consumen sólo la recepción pasiva, aislada.
-
Complejidad de los modos de totalización
- Numerosas formas culturales derivadas de la escritura tienen vocación de ser universales, las religiones, los medios de comunicación, estas máquinas de producir lo universal descomponen. La ecología de las técnicas de comunicación propone, los actores humanos disponen. Falta también que nos percatemos de la posibilidad de nuevas elecciones.
-
La cibercultura o lo universal sin totalidad
- El ciberespacio disuelve la pragmática de comunicación que, desde el invento de la escritura, se había unido a lo universal y a la totalidad. Nos devuelve, en efecto, a la situación anterior a la escritura. Virtualmente, todos los mensajes están sumergidos en un baño comunicacional lleno de vida, incluyendo las personas mismas, y en el que el ciberespacio aparece progresivamente como el corazón.
-
Lo universal no es lo planetario
- Se dirá quizás que no se trata aquí propiamente de lo universal sino de lo planetario «globalización», por el hecho geográfico de la extensión de las redes de transporte material y de información, del crecimiento exponencial del ciberespacio. La cibercultura da forma a una nueva especie de universal: lo universal sin totalidad, se trata de lo universal, acompañado de todas las resonancias que se quiera, porque mantiene una profunda relación con la idea de humanidad, su forma y su idea implican de derecho el conjunto de los seres humanos.
-
Cuanto más universal, menos totalizador
- Con los ordenadores y de las redes, nos podemos poner en contacto, darnos la mano alrededor del mundo. El nuevo universo se experimenta por inmersión en la extensión del ciberespacio, que no está desordenado, que expresa la diversidad de lo humano. Que hay que inventar mapas recursos de navegación para este nuevo océano, esto es en lo que cada uno puede estar de acuerdo. ¿Para qué inventar un «universal sin totalidad» cuando disponemos ya de un rico concepto de posmodernidad? ¿Qué es lo universal? Es la presencia (virtual) de la humanidad en ella misma. La cibercultura muestra precisamente que se puede instaurar la presencia virtual propia de la humanidad.
-
CAPÍTULO VII
EL MOVIMIENTO SOCIAL
DE LA CIBERCULTURA
-
Técnica y deseo colectivo: el ejemplo del automóvil
- No se puede atribuir únicamente a la industria automovilística y a las multinacionales del petróleo el impresionante desarrollo del automóvil individual desde hace un siglo. El automóvil ha respondido a una inmensa necesidad de autonomía y de poder individual. Se le han conferido fantasmas, emociones, gozos y frustraciones. La extensa red de garajes y de estaciones de servicio, industrias, clubes, revistas, competiciones deportivas, la mitología de la carretera, constituyen un universo práctico y mental apasionadamente investido por millones y millones de personas, la industria automovilística no hubiera podido, por sus propias fuerzas. Hacer surgir este universo.
-
La infraestructura no es el dispositivo: el ejemplo del correo
- El ciberespacio no es una infraestructura técnica de telecomunicación particular sino una cierta manera de usar infraestructuras existentes, imperfectas y dispares. La autopista electrónica nos lleva a un conjunto de normas de programas, de cables de cobre o de fibras ópticas, de uniones por satélites, etc. El ciberespacio, por el contrario, apunta, por medio de enlaces físicos cualesquiera, a un tipo particular de relación entre las personas. El correo, como sistema social de comunicación, está íntimamente ligado a la ascensión de las ideas y de las prácticas que valoraban la libertad de expresión y la noción de libre contrato entre individuos.
-
El programa de la cibercultura: la interconexión
- Desde el más elemental al más elaborado, tres principios han orientado el crecimiento inicial del ciberespacio: la interconexión, la creación de comunidades virtuales y la inteligencia colectiva. El origen del ciberespacio, es la de la interconexión. Para la cibercultura, la conexión es siempre preferible al aislamiento. La conexión es un bien en sí. La interconexión constituye la humanidad en continuo sin frontera.
- El programa de la cibercultura: las comunidades virtuales
- La vida diversa y sorprendente del universal por contacto.
- Un programa sin meta ni contenido