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JOSEPH WOLPE Desensibilización sistemática
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Esta técnica se
emplea fundamentalmente en el tratamiento de conductas
desadaptativas basadas en la ansiedad y de reacciones de evitación. Tal
y como se practica habitualmente, la desensibilización incluye tres
elementos:
- Entrenamiento en relajación
- Lla elaboración de una jerarquía
de situaciones ansiógenas
- El emparejamiento de los ítems de esta
jerarquía, normalmente imaginados, con el estado de relajación
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Se supone que mediante este vínculo relajación-ítems-ansiógenos, y según
el principio de la inhibición recíproca, la ansiedad se inhibirá.
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se utilizaron las respuestas
incompatibles (o inhibidoras) en la eliminación de conductas
problemáticas. y EN LA ACTUALIDAD
- La hipnosis o las drogas
(e.j., el methohexitol sodium [Brevital]) se utilizan a veces para facilitar
la relajación e inhibir la ansiedad durante la imaginación de la jerarquía
(Brady, 1972). Algunas veces, la desensibilización se lleva a cabo in
vivo, donde el cliente debe aprender a relajarse en presencia de los
estímulos ansiógenos. La exposición in vivo a la jerarquía de estímulos
ansiógenos tiende a ser más efectiva que la exposición imaginaria
- desensibilización in vivo también se ha utilizado con otras respuestas
incompatibles distintas de la relajación. Se han empleado respuestas
asertivas y sexuales en la eliminación de miedos relacionados con la
interacción social o sexual
- La desensibilización también se ha aplicado
de forma automática (un computador o un casette se encarga de
controlar la presentación de la jerarquía de ítems y las instrucciones de
relajación), en grupo (varios individuos reciben el tratamiento simultáneamente,
normalmente con una jerarquía estandarizada) y de forma
vicaria (en la que el paciente observa cómo se desensibiliza a otros)
(Paul y Bernstein, 1973; Rimm y Masters, 1974; Yates, 1970a).
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JULES MASSERMAN La inundación y la terapia implosiva
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En la terapia de inundación, por el contrario, se expone al cliente a estímulos ansiógenos de gran intensidad (imaginarios o in vivo) para conseguir un máximo de tensión. La terapia de inundación se basa en la extinción
de una respuesta condicionada clásicamente ante estímulos ansiógenos, que se supone son estímulos condicionados que elicitan
respuestas de evitación.
- El cliente imagina durante largos períodos de tiempo una escena, o escenas, especialmente atemorizantes. Los períodos de tiempo pueden ser de dos o más horas, aunque suelen ser
normales los de 40 a 60 minutos por sesión (Marks, 1972). El tiempo
de exposición se relaciona con la eficacia del tratamiento: a mayor
duración de la presentación de la escena, mayor reducción de la
conducta de evitación
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Las escenas ansiógenas se mantienen hasta que la tensión desaparece. Aunque la terapia de inundación se realiza casi siempre con estímulos imaginarios, también se ha utilizado in vivo.
Al igual que ocurre con la desensibilización, la exposición a los
estímulos ansiógenos reales tiende a ser más efectiva que cuando se
trata de estímulos imaginarios.
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Una de las variaciones más importantes de la terapia de inundación es la implosión o terapia implosiva, desarrollada por Thomas Stampfl(Hogan, 1968; Stampfl, 1966, 1970; Stampfl y Levis, 1967).
- La característica distintiva de la implosión radica en que constituye un
intento de combinar la terapia de conducta con la teoría psicodinámica.
En primer lugar, se somete al cliente a una inundación imaginando las
escenas que Ie provocan ansiedad.
- Además de imaginar escenas
relacionadas directamente con las respuestas de evitación, el cliente
iróagina escenas ele contenido psicodinámico. Stampfl mantiene que el
miedo de un individuo es la expresión simbólica de un material reprimido. Se supone que el material reprimido se relaciona con temas psicodinámicos (conflictos relacionados con el sexo y la agresión, necesidades orales, anales y genitales).
- Para poder elicitar en el
tratamiento un grado máximo de ansiedad, los clientes se imaginan
escenas ideadas por el terapeuta que reflejan claramente los conflictos
que se supone subyacen al problema por el que han acudido a
tratamiento. El terapeuta presenta el material de forma que el nivel de
tensión sea el máximo posible. Para este fin, las escenas se suelen
recrear exagerando los estímulos ansiógenos y los supuestos conflictos
reprimidos.
- Así pues, la implosión se distingue algunas veces de la
terapia de inundación, no sólo porque emplea material de carácter psicodinámico, sino también por la exageración de los estímulos que se presentan al cliente.
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La terapia aversiva
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Se denomina terapia aversiva a un conjunto de técnicas en las que se
utilizan eventos aversivos como elemento primordial para modificar la
conducta.
- La terapia aversiva se basa tanto en el paradigma de
condicionamiento operante como en el clásico. Por regla general, el
condicionamiento clásico se emplea para modificar el valor de un
estímulo (e.j., alcohol) emparejándolo con un suceso aversivo
incondicionado (e.j., descarga). Los procedimientos operantes
utilizados incluyen la presentación, terminación o evitación de los
acontecimientos aversivos contingentes a la conducta (e.j.,
administración de la descarga a continuación de la ingestión de
alcohol). De esta forma, el procedimiento incluye componentes respondentes
y operantes.
- En la terapia aversiva basada en el condicionamiento operante se han
utilizado consecuencias contingentes a la respuesta: castigo y
aprendizaje de escape y evitación. Cuando se utiliza el castigo, por
ejemplo, la conducta desadaptativa (e.j., consumo de alcohol) viene
seguida por una descarga eléctrica. En el aprendizaje de escape y
evitación el estímulo aversivo termina (escape) o se previene (evitación)
cuando el individuo responde. Por ejemplo, Feldman y MacCulloch
(1965) utilizaron el escape y la evitación para modificar la conducta
homosexual de individuos varones. La presentación de diapositivas con
hombres desnudos se emparejaba con la administración de una
descarga. Los clientes podían suspender (escape) la descarga
desconectandoas diapositivas tan pronto como la descarga comenzaba.
La descarga también podía evitarse desconectando rápidamente la
diapositiva en cuanto ésta se presentaba.
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JOSEPH R. CAUTELA Condicionamiento encubierto
- Supone que los acontecimientos imaginados ejercen un control sobre la conducta manifiesta similar al de los acontecimientos reales. Según esta idea, la conducta manifiesta puede Modificarse imaginándose a uno mismo realizando una conducta concreta, y recibiendo diversas consecuencias.
- I.as técnicas del condicionamiento encubierto proceden directamente de
la desensibilización. La desensibilización está pensada para eliminar
respuestas de evitación desadaptativas (e.j., fobias), No había, sin
embargo, ninguna técnica semejante para eliminar respuestas de
acercamiento desadaptativas como las que se dan en la adicción o en la
atracción hacia estímulos sexuales no aceptados socialmente
- investigadores empezaron a trabajar sobre imágenes de eventos
aversivos con el objeto de desarrollar reacciones de evitación. Uno de
los primeros trabajos sobre el campo fue el de Gold y Neufeld (1965),
que utilizaron imágenes aversivas (e.j., de hombres repulsivos) para
eliminar el hábito de un adolescente varón a excitar sexualmente a
hombres adultos en urinarios públicos.
- De forma similar, Cautela (1966,
1967) desarrolló una técnica en la que los pacientes asociaban
imágenes de la conducta que deseaban eliminar o reducir con imágenes
de eventos aversivos. Cautela (1967) presentó esta técnica, llamada
«sensibilización encubierta», junto con material clínico en el que se
había utilizado y una investigación en la que se empleó para tratar a alcohólicos.
- La sensibilización encubierta fue el punto de partida del
desarrollo de una serie de técnicas basadas en la utilización de la
imaginación, y que se comenzaron a aplicar a diversas conductas
problemáticas.
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ALBERT BANDURA Terapia de modelado
- El aprendizaje por modelado es aquel que se produce por la mera
observación de alguien que realiza una conducta. A través de la
observación, el paciente puede adquirir respuestas deseadas sin
necesidad de realizarlas él mismo
- El modelado, o aprendizaje por imitación, se lleva investigando en el laboratorio animal desde finales del siglo pasado.
- La terapia del modelado tiene relativamente pocos antecedentes
históricos. M. C. Dones (1924a, 1924b) utilizó el modelado para eliminar
miedos en niños pequeños.
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Las aplicaciones terapéuticas actuales del modelado se derivan
fundamentalmente del trabajo de Albert Bandura (Bandura, 1971a). Su
investigación se centró en torno al estudio de variables involucradas en
el aprendizaje observacional, y se llevó a cabo con niños y en situaciones
de laboratorio principalmente. Fue a finales de la década de
los 60 cuando amplió su trabajo al ámbito terapéutico. En las primeras
investigaciones se mostró que los miedos de los niños podían
modificarse durante la observación del comportamiento de un modelo,
real o filmado. Desde 1970 las aplicaciones terapéuticas del modelado
han aumentado notablemente (Bandura, 1971a; Rachman, 1972,
1976).
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El último aspecto que vamos a comentar se relaciona con la
interpretación teórica del modelado. Se han propuesto dos modelos explicativos alternativos,
- La interpretación cognitivomediacional de
Bandura (1969).
- La interpretación operante (Gewittz, 1971).
- Ambos modelos y sus variaciones difieren en el tipo de inferencias sobre el
proceso del modelado, en el papel atribuido al aprendizaje temprano
del individuo, y en los factores que controlan la adquisición de la
conducta imitativa. Todavía no se han estudiado a fondo, por el
momento, todas las implicaciones que estas dos interpretaciones
alternativas podrían tener con respecto a la aplicación terapéutica del
modelado.
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JOE KAMIYA biofeedback
- El “biofeedback” consiste en proporcionar a una persona información
sobre un aspecto de los procesos fisiológicos que se están dando en
su organismo (como sobre su tasa cardiaca, por ejemplo). La
información llega inmediatamente al individuo, de forma que puede
seguir continuamente los cambios que se van produciendo y controlar la
direccionalidad de esos cambios (por ejemplo, disminuir el valor de su
tasa cardiaca) (Kamiya, Barber, DiCara, Miller, Shapiro y Stoyva,
1971).
- La utilización del «biofecdback» requiere un equipo sofisticado capaz
de captar y registrar distintas respuestas, y de programarse para
administrar consecuencias de forma contingente. Además de la
respuesta objetivo suelen registrarse varias respuestas para observar
si también en ellas se producen cambios. Los aparatos de
«biofeedback» que se han puesto al alcance de todo el mundo suelen
ser normalmente los de EEG. Sin embargo, el «biofeedback» se ha
utilizado en la clínica normalmente con respuestas cardiovasculares,
que requieren un equipo más elaborado y por lo general difícil de
conseguir.
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El «biofeedback» nació como consecuencia de la investigación sobre el
condicionamiento glandular, visceral y de las funciones cerebrales
(Barber, DiCara, Kamiya, Miller, Shapiro y Stoyva, 1975; Kamiya et
al., 1971). Una gran parte de esta investigación demostró que los
individuos podían aprender a controlar sus funciones internas.
- Para utilizar el procedimiento de «biofeedback», se
conecta al cliente un aparato (e.j., un polígrafo o un
electroencefalógrafo) que registra automática y continuamente la
respuesta en cuestión (e.j., RGP, tasa cardíaca, volumen sanguíneo
digital, EEG). Los datos de la respuesta registrada se le comunican al
cliente de forma visual (e.j., mediante un dial o un contador) o auditiva
(e.j., con un tono)
- Algunas veces se utilizan incentivos tales como
dinero, alabanzas, diapositivas, etc., contingentes a que la respuesta
se dirija en una determinada dirección.
- Las sesiones de entrenamiento
continúan hasta que se observan cambios en la respuesta por encima
de la línea base, o, si se trata de casos clínicos, hasta que estos
cambios se consideran de valor terapéutico (e.j., hasta que la presión
sanguínea disminuye por debajo del nivel de hipertensión).
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Desde el punto de vista de la terapia de conducta, también están por
resolver varias cuestiones de importancia clínica.
- En primer lugar, la mayor parte de las investigaciones sobre «biofeedback» se han realizado con estudiantes universitarios voluntarios que no tenían trastornos fisiológicos importantes. Aunque los estudios en los que se ha empleado este tipo de sujetos pueden servir para comprobar el funcionamiento de «biofeedback» de distintas funciones corporales, no demuestran si la disfunción fisiológica real puede modificarse a través de él.
- En segundo lugar, tampoco se ha estudiado con
detenimiento la medida en la que los efectos inespecíficos del tratamiento o las expectativas del cliente podrían explicar los resultados terapéuticos.
- En tercer lugar, aunque los efectos del «biofeedback» son fiables desde el punto de vista estadístico normalmente, no se ha determinado con exactitud si los cambios conseguidos por él son clínicamente significativos.
- En cuarto lugar, también está por determinar la eficacia del «biofeedback» en
comparación con otras técnicas terapéuticas de más fácil aplicación.
En algunos estudios se ha sugerido, por ejemplo, que el simple
entrenamiento en relajación muscular puede ser tan útil como el
«biofeedback» en el control del funcionamiento cardíaco (Blanchard y
Epstein, 1977; Blanchard y Young, 1973).
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Intervención cognitivo conductual en
un caso de fobia social
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Luisa es una mujer de 25 años,
soltera, con estudios de peluquería
y actualmente en situación de paro.La paciente se queja de “sentirse
con gran ansiedad cuando está
con gente, teniendo que irse a
toda prisa”. En concreto, suele
notarse inquieta, tensa y asustada
al encontrarse o estar con otras
personas, con mucha preocupación
por si la miran, ya que teme
que los demás la valoren mal o se
den cuenta de lo nerviosa que se
pone.
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La fobia social se define como un temor acusado y persistente a una o más situaciones sociales o actuaciones en público por la posibilidad de una evaluación
negativa de los demás. Es un trastorno que suele provocar notable sufrimiento a la persona que lo padece, generándole importante interferencia
en su funcionamiento general, especialmente por las numerosas conductas de evitación que implica.
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En función de las características
de su problema y del análisis funcional
realizado, las técnicas terapéuticas
empleadas fueron
- La exposición
gradual (primero en imaginación
y después en vivo) a las situaciones
temidas
- Con la técnica de exposición se
pretendía el descondicionamiento
de la respuesta fóbica a través del
acercamiento de la paciente a las
situaciones temidas, empezando
por aquellas que no le producían
tanta ansiedad para ir paulatinamente
exponiéndose a las más difí-
ciles. Se vio viable la exposición
previa en imaginación puesto que
se había evaluado la capacidad
imaginativa de la paciente con
resultados favorables.
- Respiración diafragmática
- Con la relajación se pretendía el
control de sus intensas respuestas
fisiológicas de ansiedad; precisamente
la gravedad de estos síntomas
corporales aconsejó introducir
en primer lugar el entrenamiento en
relajación (respiración profunda) y proseguir después con las autoinstrucciones.
En concreto, se decidió
utilizar la respiración puesto que
sus síntomas de ansiedad (que
constituían incluso síntomas de
pánico) se debían claramente a la
hiperventilación que mostraba. No
se descartó la posibilidad de profundizar
en el entrenamiento de
relajación a través del método de
Jacobson. Se valoraría posteriormente
según la evolución de la
paciente la necesidad o no de
incluir este procedimiento.
- Autoinstrucciones de enfrentamiento.
- Con el entrenamiento en
autoinstrucciones se trataba de
cambiar sus pensamientos de
temor por otros más positivos y
realistas que le permitiesen enfrentarse
con más facilidad a esas
situaciones. En este sentido, se
hizo necesario introducir, ya iniciada
la terapia, la parada del pensamiento,
con el objetivo de contrarrestar
directamente sus rumiaciones
y pensamientos anticipatorios
negativos causantes de sus importantes
respuestas de evitación.
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su problema
de ansiedad esta resuelto.
Luisa ha mejorado significativamente
en los diferentes componentes
de su conducta problema.
Ahora puede controlar fácilmente
los pensamientos ansiosos.
Igualmente está manejando con
eficacia sus síntomas fisiológicos
(de hecho desde mediados de la
terapia, no ha tenido ningún episodio
de ansiedad intenso) y está
enfrentándose sin apenas ansiedad
a todas las situaciones
sociales temidas antes. Su funcionamiento
general es normalizado.
- Este caso pone de
manifiesto que una fobia social
puede mejorar significativamente si
se realizan sistemáticas exposiciones
a las diferentes situaciones
sociales, aunque esto nos lleve
bastante tiempo (incluso meses),
por la dificultad de programar en la
J. A. Ortega, A. M.ª Climent
CLÍNICA Y SALUD 211
realidad dicha exposición. Pero
también apunta a que es necesario
incluir técnicas cognitivas (en este
caso autoinstrucciones y parada de
pensamiento), como forma de disminuir
o eliminar directamente los
pensamientos desajustados (reconocidos
por otro lado, como básicos
en el origen y/o mantenimiento
de este trastorno). Además, la adición
de procedimientos cognitivos
al tratamiento de exposición contribuye
a dotar al paciente de mayores
recursos para hacer frente a las
situaciones de estrés y, desde este
punto de vista, a reducir la probabilidad
de recaídas.
Esto está en la línea apuntada
inicialmente ya por Butler (1985,
1989): la exposición es una condición
necesaria, pero puede ser por
sí sola insuficiente, en el tratamiento
de la fobia social.
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La sensibilización encubierta se utiliza para instaurar respuestas ele
evitación, y se aplica a conductas de acercamiento desadaptativas,
tales como el comer y el beber excesivamente, el abuso del tabaco, y
conductas sexuales desviadas (Cautela, 1966, 1967). La técnica se
basa en los paradigmas del castigo, escape y evitación, y «alivio de
aversión». El cliente se imagina a sí mismo bebiendo en un bar por
ejemplo, y a continuación imagina una serie de consecuencias
aversivas, como pueden ser vomitar o ser golpeado.
- Las formulaciones de Cautela se basan en la fuerza del
estímulo y en la generalización de la respuesta, es decir: los eventos y las consecuencias imaginarias deben de transferirse a las situaciones reales. También se supone que las respuestas modificadas por el cliente en su imaginación se generalizan a la conducta manifiesta.