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Los niños y niñas mexicas
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Eran llevados por sus padres a el templo que servía a los dioses, con el fin de que se prometieran a través de dos casas;
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Casa de Calmécac
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Los niños y niñas tenían que hacer penitencia, servir a los dioses, y vivir en limpieza, humildad y castidad, evitando los vicios carnales.
- Las mujeres
- Se convertían en servidoras del templo, que se llamaba Cioatlmacazque, que estaba sujeto a las personas de esta religión, debían vivir en castidad y guardarse de todo deleite carnal, viviendo así con las vírgenes religiosas a las que llamaban las hermanas, que vivían en el monasterio.
- Cuando ya era tiempo de meter a su hijo, o hija donde le habían prometido.
- se juntaban todos los parientes ancianos y avisaban al muchacho o muchacha del voto que sus padres habían hecho, y del lugar donde había de entrar, y vida que había de hacer.
- Hombres
- El padre del mozuelo, o de la mozuela, después de haberle llevado al Calmécac, delante de los maestros y maestras que le habían de criar decía: “Hijo mío, o hija mía, aquí estás presente donde te ha traído nuestro señor que está en todo lugar, y aquí están tu padre y dieron ser, más verdaderamente son tus padres los que te han de criar y enseñarte las buenas costumbres, y te han de abrir los ojos, y los oídos, para que veas y te ofrecieron tu padre y tu madre, para que morases en esta casa del Calmécac, para que aquí barras la casa y la limpies por amor de nuestro señor e hijo nuestro Quetzalcóatl” ahora los viejos cuando hablaban al mozuelo, no hacen pláticas prolijas, sino en buena manera
- Mujeres
- las viejas, cuando hablaban a las mozuelas, hacen las pláticas prolijas, porque las que hablan habían estado en el monasterio y así eran bachilleras. Dice de esta manera la vieja que habla a la mozuela que va a entrar en el monasterio: “Hija mía muy amada, en tu ternura y en tu niñez te prometieron y te ofrecieron a nuestro señor, el cual está en todo lugar, para que seas una de las perfectas hermanas de nuestro señor, de las hermosas vírgenes que son como piedras preciosas y como plumas ricas; para que entres y vivas donde están en su guarda y recogimiento, con las religiosas vírgenes del Calmécac; y ahora que ya eres de edad de discreción, ruego que de todo tu corazón cumplas el voto que ellos hicieron”.
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Casa de Telpochcalli.
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Llos padres de los niños teniasn que dar de comer y beber a los parientes. Posterior a esto enviaban llamar al principal de aquella región, que le llamaban Telpochtlatoque, comían y bebían, y después de haber comido y bebido, y recibido dones, este tomaba en brazos a la criatura hembra o varón en señal que ya era su súbdito, y que ya era de aquella religión o manera de vivir
- Los hombres
- A los niños les agujeraban el bezo de abajo, y allí le ponían una piedra preciosa por barbote.
- Las mujeres
- A las niñas que ya estaban prometidas se las entregaban a la mujer que estaba a cargo de las otras, la cual llamaban Ychpochtiachcauh, que quiere decir la principal de las doncellas; y cuando las niñas ya estaban grandecitas, debían aprender a cantar y danzar para los dioses.
- De oriden Calmecac
- Las niñas que provenias de esta religion, las metían en aquel monasterio, para que estuviese allí hasta que se casara sirviendo a Tezcatlipoca. Recién llegadas les tocaba darles la comida a las religiosas más antiguas de aquella casa, las cuales se llamaban quaquacuiltin. Éstas tomaban a la niña, o mozuela, y hacían saber al ministro del templo, que se llamaba Quetzalcóatl; sobre la mozuela que entraba en aquella religión, luego la llevaban al monasterio donde la habían prometido; conduciéndola por la mano, y en brazos, a ofrecerla como sierva
- Ritos
- Si la niña estaba grandecita le sajábanla las costillas y el pecho, en señal de que era religiosa, y si era aún muy pequeña le colocaban un sartal al cuello, que se llama yacualli, que era señal del voto que debía cumplir.