1. INTRODUCCIÓN
    1. TEXTO: (Sal 127:1) ​Si Jehová no edificare la casa, ​En vano trabajan los que la edifican; ​Si Jehová no guardare la ciudad, ​En vano vela la guardia. ​(Sal 127:2) Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, ​Y que comáis pan de dolores; ​Pues que a su amado dará Dios el sueño. ​ (RV1960)
    2. Muchas personas pueden acercarse al Señor con muchas necesidades y se puede perder la principal que es la salvación de nuestras almas, que quizá en un primer momento no lo entendamos con claridad ni en su verdadera dimensión.
    3. Con el correr de los años siendo beneficiados de muchas maneras podemos olvidar lo que el Señor hace y nos podemos acostumbrar y hasta dejar de pedir por nuestras necesidades porque el Señor nos bendice, y caer en una autosuficiencia religiosa (aquella que por servir o tratar de agradarle da la sensación que lo merecemos todo), en la que nos esforzamos tanto y nos hace pedir menos porque lo vamos daando por sentado.
    4. El esfuerzo personal nos hace sentir que merecemos de Dios y estamos empeñados en hacerlo al máximo que se nos olvida el verdadero equilibrio que debemos tener. Aquí una porción para estudiar que nos quiere hacer volver a ese equilibrio entre solo pedir a Dios y confiar en nosotros mismos.
  2. LO QUE NECESITA EL HOMBRE
    1. La necesidad de edificar
      1. El hombre necesita edificar algo en la vida, y desde lo más básico se edifica donde vivir, una casa siempre será necesaria para la familia.
      2. (2S 7:5) Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more? ... (2S 7:11) desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.
      3. El hombre puede terminar sin ninguna obra, y aun David sintió la necesidad de construir casa para Dios y no le permitió, porque la construcción tenía que ser en paz. Pero el Señor le edificó casa a él. Nosotros edificamos en nuestras vidas y en nuestras familias donde edificamos desde la infancia como otros lo hicieron ya sea bien o mal. Tenemos esa obligación y de hacerlo también en nuestras iglesias, comunidades y en nuestros lugares donde trabajamos o permanecemos.
    2. La necesidad de proteger
      1. La necesidad de proteger es importante al hombre, pues cuida a su familia, a sus niños a los más pequeños, debido a que existen muchas amenazas en el mundo moderno no solo de enemigos desde afuera sino también los dejamos a entrar y afectan desde adentro.
      2. (Sal 140:4) Guárdame, oh Jehová, de manos del impío; ​Líbrame de hombres injuriosos, ​Que han pensado trastornar mis pasos. (RV1960)
      3. En este tiempo de dificultades de la violencia que amenaza a la familia es necesario vigilar, velar, cuidar, en aquel tiempo guardaban las ciudades con su vida porque si eran vencidos por el enemigo quedarían como esclavos sus mujeres e hijos. Hoy existe mucha indolencia por la misma exigencia de tiempo, de distancias, de ocupaciones, que se tienen y pueden hacer bajar la guardia de los cristianos para cuidarse y ayudar a guardar a sus familias, hijos que crecen en soledad y sin identificar los males ni cómo apartarse ni mucho menos de disfrutar de vencerlos.
  3. PARA QUE NO SEA EN VANO
    1. Nuestra participación condicionada
      1. La participación del hombre es necesaria porque demuestra la intención de cosas que son buenas que tengamos, porque no podemos ser indolentes en las funciones claves de la vida, es como tener fe sin obras como explica Santiago
      2. (Stg 2:17) Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. (Stg 2:18) Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
      3. Podemos enfocarnos en las obras y pero no antecede ni sustituye el pedir con fe. Hoy día quienes no edifican, ni se preocupan por proteger y solo piden sin ser responsables han perdido el equilibrio. Lo primero es que el Señor esté en todo y luego nuestras acciones, nuestra participación es clave para pedir y luego obrar, y el Señor hará.
    2. Él hará: edificará y cuidará y dará el sustento
      1. El Señor quiere que no desarrollemos la autosuficiencia, la cual nos aleja de la fe y dependencia de Dios.
      2. Si yo estoy empeñado en construir y el Señor no edifica es por gusto todo mi trabajo, tenemos que asegurarnos que el Señor edifica, que está de acuerdo en lo que estamos empeñados porque podemos estar perdiendo el tiempo más sabiendo que construir puede ser estresante.
      3. Cuidar es duro, porque muchas veces se basa en la desconfianza, pero el Señor nos manda a confiar en él, no en el hombre porque nos fallará. Si no está cuidando el Señor de nada sirve que nosotros nos aflijamos tratando de dar seguridad a otros o a nosotros mismos.
      4. (Mi 7:5) No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca. (RV1960)
      5. El sustento lo dará y debemos pedirlo todos los días, sin embargo nos llama a trabajar y no ser perezosos, entonces el trabajo es correcto pero debemos pedir todos los días aunque creamos que es seguro el sustento, o creamos que tenemos para varios meses.
  4. A QUIEN AMA DARÁ AUN CUANDO DUERME
    1. El esfuerzo hasta el sufrimiento
      1. Quién no se aflige? o quién no trabaja como loco para salir adelante? Esto es aflicción de nuestra alma.
      2. El trabajo de 12, 16 y hasta 20 horas para llevar pan a su casa en nuestros países pobres y para tener más comodidad en otros países, parece que es algo corriente en estos tiempos difíciles.
      3. Pan con sufrimiento se está comiendo en muchas casas de los justos porque no nos damos cuenta que es necesario que él lo dé. El problema es que el esfuerzo nos hace sentir que merecemos todo porque nos cuesta, esto es un engaño que nos roba bendición.
    2. Se acuesta satisfecho y el Señor lo bendice aun estando dormido
      1. La gran revelación que nos hace el Señor es que nos puede dar sueño sin quitarle horas por trabajar y no tenemos que hacer más de lo establecido para que tengamos el tiempo para el descanso necesario.
      2. Aun durmiendo el Señor nos estará bendiciendo, haciendo las cosas que no podamos hacer, esto es algo inaudito, porque el da al que ama aunque no se esfuerce más para procurarlo. La iglesia moderna no puede ejercer su ministerio por comer pan de angustia y los cristianos pueden llegar a creer que es lo que el Señor espera, y está lejos de la verdad.
  5. CONCLUSIONES
    1. Si edificamos, protegemos y proveemos para nosotros mismos y los cercanos, es un privilegio que lo hagamos siempre y cuando el Señor sea el dador de todo y no nuestros propias capacidades, aunque sin duda las tengamos.
    2. No debe ser en vano todo el esfuerzo, y para esto tiene que ser el Señor el primero porque de lo contrario podemos estar haciendo muchas cosas sin sentido y llegar a sentirnos frustrados y descepcionados cuando hay sufrimiento solo por vivir.
    3. No podemos hacernos en el otro extremo los desentendidos cuando somos responsables de construir y cuidar, pero la intención es crecer la confianza en el Señor.
    4. Si el Señor te ama, aun cuando duermas en su tiempo tendrás bendición de su parte y nos dejará sin proveernos de acuerdo a nuestras necesidades porque es dueño de todo y su gracia y misericordia está para nosotros y no desea el sufrimiento para que creamos que vale algo.