TEXTO: (He 12:1) Puestos los ojos en Jesús Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,(He 12:2) puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. (RV1960)
Importante es el compromiso en el hombre porque de ello depende el cumplimiento que tendrá y el esfuerzo que estará dispuesto a hacer para correr. Los ministerios que nacen del compromiso ante Dios porque fue dado y recibido como un regalo son los que podrán tener el compromiso del ministro y quienes estarán dispuestos a correr la carrera.
Correr esta carrera puede tener varias etapas. una cuando se comienza la carrera con ganas con entusiasmo, con ímpetu y fuerza, pero conforme pasa el tiempo puede haber un desgaste por diferentes situaciones que no se consideraron, y caer en situación donde se puede sentir estancamiento en a carrera como que pasa el tiempo y no se avanza.
Por esto es necesario correr la carrera con paciencia pues no es una carrera de tiempo o de quien termina primero, sino de quien la termina con gozo, y es este estudio se revisa a la luz de la palabra lo que nos es dado para tener éxito en ese cumplimiento de la carrera así como cumplimos secularmente muchas de nuestros proyectos.
LA CARRERA QUE TENEMOS POR DELANTE
Los testigos son nuestros ejemplos
Parte de los testigos son aquellos que han terminado la carrera, también están otros ya exentos de la tarea. Muchos desde la antigüedad han cumplido, y hoy también otros lo han hecho. Debemos admirar no solo a los que les tocó carreras grandes y relevantes sino también a los que terminan las pequeñas carrera con el mismo empeño que los primeros.
Juan el bautista y el apóstol Pablo son ejemplos:
-Cuando terminaba su carreta preguntó, ¿quién pensáis que soy? Hch 13:25
-Pablo también manifestó haber terminado su carrera, peleado la batalla. 2Ti 4:7
Cuál es mi carrera?
La carrera la pone el Señor no es lo que yo quiero o como dice Jer 8:6 que cada quien va en su propia carrera como caballo en la batalla.
(Jer 8:6) Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla. (RV1960)
El Señor nos da la carrera que debemos correr a veces no por una revelación extraordinaria como la de Juan o Pablo, sino porque cuando dejamos de correr en esa carrera las cosas van mal, entonces entendemos que tenemos una carrera que tenemos que correr.
La carrera está definida por una meta clara: terminar con gozo, una pista en la que es válida la carrera y las reglas de actuación, las cosas válidas y las que no lo son. Cuando me dan la carrera me mete en conflicto porque yo escogería lo que puedo o me gusta.
CORRER CON PACIENCIA
Aguantando alegre
La carrera puede hacer que se desgaste la fe cuando no miramos la meta cerca (barrera psicológica), o cuando la dificultad nos debilita (barrera física propia o del enemigo).
Por esto aguantar con alegría es clave porque podremos disfrutar en el mayor esfuerzo que creamos que hacemos o nos permitirá bajar la intensidad para guardar fuerzas mientras recibimos más del Señor.
Tiempo y ocasión
(Ec 9:11) Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.(RV1960)
No depende de las capacidades que tengamos para terminar la carrera porque no es de los ligeros terminar, así como no es de los fuertes vencer en las batallas.
Tiempo y ocasión significa que el tiempo no es nuestro y se puede llegar en un tiempo corto como Juan el bautista o más largo como el de Pablo o Juan. El tiempo de la carrera no es nuestro no lo podemos dosificar ni administrarlo a conveniencia, pero no debemos perder el tiempo esperando la oportunidad.
La ocasión significa las oportunidades las da él, es decir no depende de nosotros, así la oportunidad de hacer lo que serán hitos importantes son dados por el Señor aunque los procuramos.
El precio a pagar si se quiere terminar la carrera
(Hch 20:24) Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera(A) con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
(Hch 20:25) Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.
(Hch 20:26) Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;
(Hch 20:27) porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. (RV1960)
Para esto es necesario tener bien claro la carrera o ministerio que se tenía que ejercer de lo contrario no es posible.
Pablo tenía que superar el conocimiento del peligro para aparentemente ir a su encuentro aunque en realidad era a cumplir su carrera porque era necesario para el Señor que lo hiciera.
DEBEMOS MIRAR A QUIEN CUMPLIÓ PERFECTAMENTE
Mirando a quien tiene la fe que necesitamos para correr
Esta carrera se necesita mirar hacia adelante puestos los ojos en Jesús nuestro ejemplo, nuestra fuente de fe, la cual se necesita como un combustible para dar pasos de fe que nos acercan a la meta. No significa que nada con el tiempo sino con el cumplimiento.
La fe está en él pues la da y nos ayuda a que madure en nosotros para que tenga los resultados necesitados en esta carrera, donde veamos buenos y grandes resultados de nuestra labor en el Señor, porque puede haber duda como la hubo en Juan el bautista.
La alegría del premio debe ser motivación suficiente
Por el gozo o alegría puesta delante de él fue suficiente motivación para el sacrificio supremo. Qué bendición es que nos motive el premio del Señor y no los premios terrenales, aunque no los excluye si la prioridad es él.
Que quisiéramos que nos pusieran delante para movernos, esa es la pregunta, pues es de pocos los que se dejan convencer que el gozo del premio de ese llamamiento quitará todo sufrimiento y toda lágrima, porque quedará satisfecho Is 53:11
CONCLUSIONES
Hay que correr sin demora la carrera que nos toca hasta donde alcanzamos a discernir.
Debemos de tener paciencia para correr porque depende de él el tiempo y la ocasión y no depende de nuestros recursos, tiempo y ligereza o fuerza para correr.
El cumplimiento se alcanza cuando se tiene compromiso en la carrera y comenzamos a buscar en el Señor la fuente de poder para no detenerse en la carrera.
Solo mirando al Señor podemos tener la fe madura y la motivación completa suficiente para seguirnos impulsando y mantenernos corriendo en nuestros ministerios.